A veces llegas a un lugar que te descoloca por completo, em este caso en el Noroeste de Argentina 🇦🇷, un desierto inmenso, salvaje, con formas imposibles y una atmósfera tan densa que parece que el tiempo se detiene. Caminas entre estas texturas marcianas sin saber muy bien qué fotografiar, porque todo es hipnótico.

Estábamos a más de 3500 metros de altitud 🏔️, en medio de la nada, rodeados de silencio y polvo rojo. Después de un buen rato explorando a pie, decidí lanzar el dron justo antes del atardecer 🚁.

Y entonces, como si el paisaje no fuera ya lo bastante alucinante, cuando el sol se ocultó tras el horizonte, aparecieron unos rayos crepusculares que llenaron el cielo de magia 🌅. Un regalo inesperado que solo ocurre cuando la luz, el polvo y la paciencia se alinean en el momento justo ✨.