Las dunas de Marruecos tienen una magia especial, pero sacar esta foto fue toda una aventura. Ese día y casi todos los demás el viento soplaba fuerte, muy fuerte, creando las texturas perfectas sobre la cresta de la duna, pero también haciéndolo todo más complicado. Arena en los ojos, pelo, dentro del equipo, etc…., volver de noche al coche también se hacía complicado, suerte de gps.
Después de varios días mi cámara principal dijo basta y dejo de funcionar, por suerte tenía la cámara de @elenaprphoto y la cámara de backup. A veces la fotografía de paisaje significa tomar riesgos, pero las imágenes que te llevas a cambio hacen que todo valga la pena. 💨📸
¿Quién más se ha enfrentado al poder de la naturaleza por sacar la foto? 🌬️✨
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