En el desierto de Marruecos, el amanecer 🌅 transforma la arena en seda líquida. Las dunas se pliegan y despliegan como si fueran olas congeladas en el tiempo, líneas suaves que acarician el horizonte y dibujan una coreografía milenaria.
Estuvimos por este desierto de Marruecos durante 2 noches y 3 días, y dieron para mucho. Por la tarde se levantaba el viento y el espectáculo era brutal 🌪️, aunque también un poco incómodo para el equipo y para fotografiarlo: la arena se metía en todos los lados, sin pedir permiso. Incluso mi cámara resultó dañada, pero aun así, fue una experiencia brutal e inolvidable.
Erg Chegaga — donde el mundo se resume en luz ☀️, arena 🏜️ y silencio eterno 🤫.